Hace más de 3000 años que los orientales utilizan los inciensos como elementos purificadores, para alejar las malas influencias y también como ofrenda. En el antiguo testamento, en la adoración de los Magos de Oriente a Jesús de Nazaret, ya se citan el incienso y la mirra como una de las ofrendas que le hicieron junto al apreciado oro. Los inciensos pueden utilizarse como elementos potenciadores de cualquier ritual, aunque tienen mejores resultados para fines como protección y purificación. El incienso de Jerusalem es uno de los Inciensos más puros que podemos encontrar. Producidos con las mejores resinas naturales. El ingrediente principal es el Olibanum o Frankincense, una resina natural del árbol de Boswellia que crece en Arabia, Omán, Yemen, Somalia, Eritrea, Etiopía, Sudán e India. La resina se seca en granos, se colora y se lava en aceites esenciales. La adición de sándalo, copal indio o extractos de flores y especias como lavanda, jazmín, violeta, romero, rosa, clavel, vainilla, chocolate, permite la creación de mezclas aromáticas suaves y evocativas. Cada productor elabora un incienso JERUSALEM con sus propias mezclas e ingredientes dandole una fragancia particular y exclusiva en algunos casos.
